jueves, 24 de noviembre de 2011

Fácil vs Difícil



·           ¿Por qué es tan difícil decir la verdad y tan fácil mentir?
·           ¿Por qué tenemos tanto sueño en la iglesia, pero cuando termina el Sermón repentinamente estamos tan despiertos?
·           ¿Por qué es tan difícil hablar de Dios y tan fácil decir cosas sucias?
·           ¿Por qué es tan aburrido leer una revista cristiana, y tan divertido hojear una con contenido repugnante?
·           ¿Por qué es tan fácil borrar mensajes de Dios y reenviar mensajes sucios?
·           ¿Por qué las iglesias y templos se vuelven más pequeños mientras los bares y discotecas crecen en tamaño?
·           ¿Te das por vencido?

Piensa si vas a re enviar este mensaje o lo vas a borrar. Solo recuerda que Dios está observándote…

– ¡Que Dios te guarde y te bendiga siempre! –

Espero que seas tan bendecido como yo lo fui al leer la siguiente historia y aún así me pregunto cuánta gente lo borrará sin ni siquiera leerlo solo por el título.

Un día Satanás y Jesús estaban conversando.  Satanás acababa de ir al Jardín del Edén, y estaba mofándose y riéndose diciendo:

¡Si Señor!... acabo de apoderarme del mundo lleno de gente de allá abajo. Les tendí una trampa, usé cebo que sabia que no podrían resistir.
– ¡Cayeron todos!
– ¿Que vas a hacer con ellos? Preguntó Jesús.
– ¡Ah!, me voy a divertir con ellos. Respondió Satanás.
– Les enseñaré como casarse y divorciarse, cómo odiar y abusar uno del otro, a beber y fumar y por supuesto, les enseñaré a inventar armas y bombas para que se destruyan entre sí. ¡Realmente me voy a divertir!

– ¿Y qué harás cuando te canses de ellos? Le preguntó Jesús.
– Ah, los mataré. Dijo Satanás con la mirada llena de odio y orgullo.
– ¿Cuánto quieres por ellos? Preguntó Jesús.
– ¿Qué?... ¡ah, tu no quieres a esa gente!... ellos no son buenos.
– ¿Por qué los querrías tomar.?... si tú los tomas, ellos te odiarán. Escupirán a tu rostro, te maldecirán y te matarán…
– ¡Tu no quieres a esa gente!
– ¿Cuánto quieres por ellos?, preguntó nuevamente Jesús a Satanás. Satanás miró a Jesús y sarcásticamente respondió:
– Toda tu sangre, tus lágrimas, tus dolores, en suma… ¡quiero toda tu vida!
Entonces Jesús dijo muy firme y solemne:
– ¡HECHO!...

Y así fue como pago el precio por todos y cada uno de nuestros pecados.

NOTAS:
a)          No es curioso lo fácil que es despreciar a Dios y luego preguntarse por qué el mundo se está yendo al infierno…
b)          No es curioso cómo alguien puede decir 'Creo en Dios' y seguir a Satanás…
c)           ¿Acaso no es curioso e irónico que envíes miles de mensajes con chistes a través del correo electrónico, los cuales se riegan como pólvora, pero cuando empiezas a enviar mensajes que se refieren a El Señor, la gente lo piensa dos veces antes de compartirlos?
d)          No es curioso que cuando llegue el momento de reenviar este mensaje, lo vas a dejar de enviar a muchas de las personas que tienes registradas en tu libreta de direcciones pues no estás seguro(a) de lo que vayan a pensar de ti
e)          No es curioso cómo la gente puede estar más preocupada de lo que los demás piensen de ellos que lo que piense Dios
f)              Oro y pido a Dios por todo aquel que reenvíe este mensaje a todos los destinatarios de la libreta de direcciones, ellos serán bendecidos por Dios de una manera especial.


¡QUE EL SEÑOR LES BENDIGA GRANDEMENTE!...

YO LO ENVIO PORQUE NO ME AVERGÜENZO DE CRISTO, Y QUIERO QUE TODO EL MUNDO SEPA QUE LO AMO CON TODO MI CORAZÓN, A AQUÉL QUE MURIÓ POR Mí, EN AQUELLA CRUZ........ ¿Y TU TE AVERGUENZAS DE CRISTO?

Mensaje Recibido de mi hija JUANITA

sábado, 19 de noviembre de 2011

El suicidio protestante


El suicidio protestante

Los Episcopalianos -los anglicanos de Estados Unidos- se hunden. En diez años han perdido un 30 por 100 de sus feligreses. Un tercio de sus parroquias reúne a menos de 40 personas para la única celebración litúrgica que hace el domingo. Incluso 36 de sus catedrales no congregan ni a 200 fieles en el fin de semana. ¿Y esto por qué?

Si las cosas fueran según la lógica aparentemente aplastante que usa la gente, los Episcopalianos deberían tener los templos a rebosar. Tienen curas casados; desde 1930 aceptan los anticonceptivos; desde 1976 tienen sacerdotisas; desde 1989, obispas; desde el 2000 dejaron de considerar pecado el adulterio; en 2003 ordenaron obispo a un homosexual que vivía con su pareja; en 2006 aceptaron el matrimonio homosexual; en 2010 ordenaron a una obispa lesbiana activa y, por supuesto, son pro abortistas. Tienen, por lo tanto, todo aquello con que sueñan los curas, laicos y teólogos católicos más disparatadamente progresistas y, sin embargo, lo que no tienen son feligreses. Vuelvo a preguntar, ¿y esto por qué?

La respuesta a esta pregunta la dio, valientemente, el Papa la semana pasada en su reunión en Erfurt (Alemania) con los principales líderes luteranos de su país. Porque su ansia de acercarse al mundo les ha hecho alejarse de Dios, de su palabra, de su mensaje. Y el resultado es una bazofia tan nauseabunda que sólo a los que les gusta la basura les puede resultar apetecible.

Pero no hay que pensar que este es un problema de esa “Iglesia” solamente. Están igual los luteranos, los presbiterianos, los de la Iglesia Unitarista –la de Obama- y, por supuesto, los anglicanos de Inglaterra. Un estudio llevado a cabo entre las sacerdotisas anglicanas del Reino Unido, arroja las siguientes cifras: Un tercio no cree en la maternidad virginal de María, la mitad no cree que Cristo resucitó, otro tercio niega la Trinidad y una cuarta parte ni cree en Dios Padre ni en el Espíritu Santo.

Y a eso es a donde nos quieren conducir a nosotros, los católicos. De hecho, aunque estemos aún muy lejos de esos extremos, en estos años hemos recorrido ya una parte del camino. Si se hiciera un estudio serio y anónimo entre el clero, ¿cuántos admitirían creer en el infierno e incluso en la vida eterna? ¿cuántos creerían en los cuatro dogmas marianos? ¿cuántos en la infalibilidad del Papa? ¿cuántos en la presencia real de Cristo en la Eucaristía? 

La deriva de la Iglesia hacia el protestantismo –con signos evidentes no sólo en dogma y moral sino en la liturgia y hasta en la arquitectura, como quitar el sagrario de los templos y ponerlo en capillas laterales-, ha sido frenada por la valiente actitud de los últimos Papas, pero el peligro no ha pasado ni mucho menos. Dentro hay fuerzas tan poderosas que pugnan por precipitarnos al abismo. Tan poderosas como las que hay fuera. Porque ambas proceden del mismo enemigo. Pero a éste siempre termina por pisarle la cabeza la Santísima Virgen. Por eso los amigos del enemigo insisten tanto en atacar a María. Saben lo que hacen, pero no prevalecerán.